Desde hace un buen tiempo digo que somos solo tú y yo, Braulio, que ambos estamos solos con toda nuestra vida, que el Síndrome de Asperger lo tienes tú y que tú y yo lo enfrentamos y que me afecta a mí y a nadie más. Pero es mentira. No estamos solos Braulio, tenemos a varias personas a nuestro alrededor que nos apoyan, que me sostienen, que se ocupan de ti y de mí. Tus abuelos, por ejemplo, son una presencia crucial en nuestras vidas.
Tu abuelo Raúl -abuelo tata- es mi papá, pero también el tuyo desde siempre, incluso antes de que tu padre y yo nos separáramos. Siempre ha estado para ti y para mi, con su carácter desesperado, alocado, con su poca tolerancia a los retrasos y su sentido del humor inagotable. Él es el que te dio gaseosa por primera vez a los dos años -contra mi voluntad- y sube y baja tu bicicleta por todo el edificio cada vez que a ti te apetece. No solo cumple varios de tus caprichos -como sigue aún cumpliendo los míos- también se queda contigo cuando me voy a trabajar, nos prepara el almuerzo, te cambia y te da tu desayuno, te lleva al nido, te trae del nido y te lleva a tus terapias de lenguaje. Tiene 63 años y todo, todo lo hace con una dedicación y amor infinito por nosotros dos. Él es nuestro papá.
Tu abuela Esther -principessa- es mi mamá, una de las mujeres más complicadas y testarudas que he conocido en mi vida, a la que le gusta hablar "con comerciales" -nunca termina de llegar al punto-, desordenada y olvidadiza. Ella y yo siempre hemos tenido nuestros desencuentros, pero contigo es diferente. Es sumamente paciente, dulce, tierna, clara, tolerante, creativa. Nunca imaginé verla tirada en el piso jugando, lanzando la pelota o correteándote por todo el parque. Nunca deja de traerte pan, fruta, leche, te baña a veces y termina todita empapada porque tú eres terrible y te gusta mojarla, solo a ella. Te hace huevo frito y juega contigo a "la señora gallina", te cuenta "Pedrito y el lobo" -entre otros- y se ha empeñado en conseguir t-o-d-o-s los materiales didácticos habidos y por haber. Gracias a ella tienes láminas de tamaño gigante, un sin fin de cuadernos de aprestamiento y una dieta muy bien balanceada.
Para ellos también ha sido duro digerir el síndrome, sin embargo, tu tata te ve con admiración y fue él quien descubrió que tienes un método numérico para armar los rompecabezas y que te aprendes de memoria en qué casas hay gatitos, así sea una ruta que no uses siempre. Tu principessa no deja de leer todo lo que encuentra, ve videos y esta pendiente de mí, que es como estar pendiente de ti.
Tenemos suerte Braulio, no estamos ni estaremos solos, nunca.
Para ellos también ha sido duro digerir el síndrome, sin embargo, tu tata te ve con admiración y fue él quien descubrió que tienes un método numérico para armar los rompecabezas y que te aprendes de memoria en qué casas hay gatitos, así sea una ruta que no uses siempre. Tu principessa no deja de leer todo lo que encuentra, ve videos y esta pendiente de mí, que es como estar pendiente de ti.
Tenemos suerte Braulio, no estamos ni estaremos solos, nunca.
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